Ante el lamentable deceso de más de mis compañeros del área de salud y de la muerte del primer paciente en el hospital modular de Tegucigalpa, deseo compartir el siguiente escrito.
Cuando éramos niños, jugábamos a tapar el sol con un dedo y hacíamos como que lo aceptábamos, aunque la luz saliera al lado de nuestro dedo. Cuando crecimos, nos encontramos con que otros que nos desgobiernan, más sus juntas tapadoras u ocultadoras; perdón, «interventoras», piensan que seguimos tragándonos esas niñerías.
Esa es la triste historia de los hospitales móviles o desmontables, mismos que ahora tratan de vendernos como la octava maravilla y creen que ya olvidamos su movida —aunque hasta pastores, que en el tiempo de Jesús no serían más que los mercaderes que él expulsó del templo, siendo simples mortales ignorantes en el tema—, tratan de convencernos con vulgares propagandas que son lo más moderno en materia hospitalaria que el mundo ha visto.
Como soy un firme convencido de que quién no quiere aprender de sus errores y quién olvida la historia está condenado una y otra vez a repetirla, además de ser uno de los que no está dispuesto a seguir pagando los errores o las movidas de otros, me permito resumir los hallazgos calientitos que el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) —único ente realmente crítico de la corrupción gubernamental, a pesar de que sus múltiples informes previos duermen engavetados en la Fiscalía o «Misterio» Público— ha presentado ahora en febrero sobre el hospital móvil de Tegucigalpa, mismo que al fin se ha «puesto» a andar 10 meses después de su compra de emergencia realizada en 26 minutos y sin contrato ni garantías para el pueblo hondureño.
Por otro lado, el informe comprueba que entre otras cosas se puede concluir tajantemente con respecto a este hospital modular lo siguiente:
- Prácticamente, todos los contenedores están oxidados.
- La electricidad en Honduras es de 60 Hz y los equipos son de 50 Hz, lo cual pondrá en riesgo el rendimiento y la vida útil de los equipos.
- Tuvieron que poner dos aires acondicionados de 30,000 BTU a cada contenedor, pues los que trae no enfrían cada contenedor.
- Los aires puestos recircularán el aire contaminado, y con ello, se aumenta el riesgo de infección para los pacientes y el personal al anularse la presión negativa.
- No hay lavamanos en las salas de hospitalización, solo en los baños, lo cual es inconcebible si es la medida básica de higiene recomendada junto con la mascarilla en todo el mundo.
- Siendo hospitales para atender pacientes críticos respiratorios, es inconcebible e inaceptable que no incluyeran ventiladores mecánicos y tuvieron que instalarle 30 unidades que fueron compradas en el país. Así que no olvidemos sumarlo al valor total de estos hospitales.
- Los equipos que vienen en los contenedores son de marcas sin representantes locales, siendo una situación que imposibilitará obtener repuestos y darles mantenimiento.
- Los equipos no traen un manual de servicio para poder darles mantenimiento por parte de los técnicos de la Secretaría de Salud (Sesal) a los mismos.
- Al fallar la electricidad, se tardará casi un minuto y medio en reponerse, pues los aparatos no funcionarán ese tiempo con el riesgo para la vida de los pacientes.
- Estos módulos no están habilitados para la atención de pacientes en estado crítico dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), visto que fue el motivo por el cual supuestamente se compraron.
- Se pagaron más de 15 millones en la planta de desechos sólidos que no podrá ser utilizada.
- En este hospital se instaló un tanque agregado para almacenar 1,500 galones de oxígeno, pues estos módulos no lo traen incluido.
- Tienen toma corriente de tipo europeo, lo cual, no se usa en los aparatos que utilizamos en Honduras.
- Los pacientes críticos deberán ser regresados al Hospital Escuela Universitario (HEU).
Con base en lo anterior, reitero las tantas veces ya exigidas por el pueblo honesto y no por los ignorantes «respondedores de oficio» que el Gobierno paga. ¡Ya basta, ya dejen de mentir y creer que todos somos una sarta de deficientes mentales que no entendemos lo que han hecho! El sol no se tapa con un dedo y lo único que consiguen con sus infantiles argumentos es que «nuestra percepción» sea cada día más firme en que estas actuaciones son de vulgares y cínicos corruptos.
Su negligencia, contubernio o complicidad empieza ya a cobrar vidas y sobre sus conciencias pesarán las mismas. ¡Digan la verdad por Dios santo!, no sean cómplices de estos decesos, atiendan los consejos de los que más saben y no sigan en su terquedad que tantas vidas cobra.
Gánense al fin el mega sueldo que se les obsequia para tapar tanta pudrición, digan la verdad y procedan a demandar y deducir responsabilidades a los culpables de este mega fraude y crimen de lesa humanidad contra el pueblo hondureño. ¡Ah!, y cuidadito siguen regalando nuestro dinero pagando extra por el envío de esos módulos, cuando más bien ya deberían ustedes haber demandado por tantas fallas y envío tardío de los mismos, cuya falta de funcionamiento es ya una causal real de los múltiples decesos por la falta de atención médica que hace meses debió haberse dado.
Que Dios perdone sus fallas y les ilumine al fin para poder hacer lo correcto, porque solo la verdad hace libre al hombre.
Dr. José Manuel Matheu Amaya
1 de febrero de 2021
