15 Ago, 2016 – 8:17 am
José Víctor Agüero Aguilar
El vocero de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), el peruano Juan Jiménez Mayor, expresó que los corruptos le roban anualmente al país alrededor de diez mil millones de lempiras, una cifra conservadora tomando en cuenta la magnitud de un problema que se ha entronizado tanto en la esfera gubernamental como en el sector privado.
La corrupción es un mal histórico que ha destruido al país, lamentablemente la conducta de muchos servidores y ex servidores públicos ha dejado mucho que desear, el afán de obtener dinero fácil ha empobrecido a la nación, dejando una secuela de atraso y miseria para las grandes mayorías.
El pueblo hondureño resiente que los corruptos y corruptas no han recibido un castigo ejemplar por los excesos cometidos en el poder, la aplicación de la ley brilla por su ausencia y es aquí donde surge la indignación popular de no ver tras la cárcel a un influyente empresario o político pagando sus delitos.
Cuando una persona utiliza el poder para enriquecerse de manera ilícita, es capaz de cometer cualquier tipo de acciones irregulares con tal de obtener sus perversos planes, se vuelven seres fríos y arrogantes, donde la necesidad de su prójimo le sale sobrando, con tal de satisfacer sus apetitos carnales.
El poder para muchas personas se torna algo afrodisiaco, despertando un sentimiento de grandeza, las acciones se orientan a satisfacer los deseos de la carne, en los placeres lujuriosos y mundanos, en relaciones sexuales desenfrenadas, en cirugías estéticas, en compras de terrenos, casas, apartamentos, autos y viajes, entre otros.
Mientras en el ser humano no se opere un cambio en su interior deponiendo sus intereses egoístas, el fenómeno de la corrupción seguirá latente, se requiere de un compromiso para revertir una práctica dañina y es aquí donde cobra importancia aplicar en la vida personal, laboral y profesional los valores éticos, morales y espirituales.
No se puede soslayar que las tentaciones siempre van estar presentes en la vida de todo individuo, y es en el área sexual y material, donde el ser humano es proclive a ceder, hemos visto ejemplos de presidentes, deportistas, políticos, ministros religiosos ver derrumbarse sus carreras, empresas y proyectos de vida.
El poder es algo transitorio lo que verdaderamente perdura son los valores de la honradez y transparencia, el dinero mal habido genera discordias, peleas y un distanciamiento en las personas, vemos ejemplos de familias y países divididos por la avaricia y un deseo desmedido por acumular bienes materiales.
Por lo antes expuesto es imperativo modelar una conducta ejemplar en los hijos desde una edad muy temprana, inculcándoles el valor que tiene la honradez, si lo hacemos se estará dando un paso en firme para frenar la peste de la corrupción.
Hoy más que nunca Honduras precisa de ciudadanos/as de una sola pieza, que tengan la suficiente entereza para no dejarse doblegar ni intimidar por las tentaciones que ofrece el poder.
Combatir el monstruo de la corrupción no es tarea fácil, a pesar de los nubarrones y panorama sombrío existen en el país entidades comprometidas para hacer frente a este flagelo, una de ellas es el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), una instancia de sociedad civil, que en los dos últimos años y medio han presentado más de 36 líneas de investigación a los entes responsables de aplicar la justicia.
Gracias a estas investigaciones el CNA ha revelado con nombres y apellidos a malos compatriotas, que se han visto involucrados en supuestos actos de corrupción, esta es una prueba fehaciente que más temprano que tarde los excesos cometidos por servidores públicos saldrán a la luz pública, siendo señalados y cuestionados por su mal proceder en contra de un país que merece un mejor destino.
