Por: Mario R. Argueta — HistoriadorAsí como la ciudadanía otorga un voto de confianza y solidaridad al Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), también debe asumir igual actitud con respecto a la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, enviada como gesto de apoyo hacia el gobierno hondureño por parte de la OEA a efecto de investigar las complejas e impenetrables redes del cohecho que debilitan nuestra incipiente y frágil democracia, constituyendo un acto de violencia en contra de los derechos humanos y seguridad de nuestros compatriotas.La corrupción e impunidad, hermanas gemelas que recíprocamente se respaldan, no solo golpean la crítica condición económica nacional, también prostituyen la moralidad pública erosionando la ética y valores tales como la honestidad, el bien común, la transparencia y el rendimiento de cuentas. No es casual que se trata de fortalecer la secretividad en el manejo de fondos públicos, originados en los impuestos directos e indirectos pagados por la población, a fin de impedir el derecho ciudadano a la auditoría social.La destrucción de documentación pertinente es una de las maneras en que se logra destruir pruebas incriminatorias, tal como ha ocurrido al interior de la Policía en que expedientes e informes han sido incinerados. Por ello es vital digitalizar los originales para contar con un respaldo documental.La Maccih, con la colaboración del Ministerio Público, el CNA, los medios masivos de comunicación y la ciudadanía, debe ahondar en el saqueo al Seguro Social, cuyas ramificaciones están lejos de haber sido descubiertas. Pero, adicionalmente, debe extender su radio de acción hacia las aduanas, la Secretaría de Salud, el Infop, las alcaldías municipales,las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, la ENEE, entre otros entes estatales, en donde se han cometido y se continúan perpetrando acciones irregulares.Su labor debe ser exhaustiva, inclaudicable, persistente. Si actúa de esta manera, habrá compensado las expectativas que el pueblo hondureño ha depositado en su accionar. Caso contrario, significará una nueva frustración colectiva y un triunfo para los corruptos al interior del sector público y privado.Es de desear que la reunión sostenida en Washington entre el gobierno y la Maccih redunde en una efectiva, permanente y recíproca colaboración, sin que medien cortapisas ni intentos por bloquear su cometido. De por medio está la credibilidad oficial.La ciudadanía no puede permanecer en actitud pasiva: debe ofrecer su apoyo militante, vía denuncias debidamente respaldadas que sirvan de retroalimentación a los integrantes de la Fiscalía y de la Maccih. Es un deber que compete a todos y todas, sin excepción.
Tomado de:: https://www.elheraldo.hn/opinion/columnas/1020228-469/respaldemos-a-la-maccih
